
Foto de portada: Leslie Searles
Diseño: Roger Caytano y Karla Cabrera
Resumen: El derrame de mercurio ocurrido en el centro poblado de San Sebastián de Choropampa marcó profundamente la historia ambiental, social y política del Perú y, sobre todo, la vida de quienes vivían y viven acá.
El 2 de junio de 2000, un camión contratado por la empresa minera Yanacocha derramó 151 kilogramos de mercurio elemental a lo largo de la carretera que atraviesa San Juan, Choropampa y Magdalena. Choropampa se llevó la peor parte. Este hecho no solo causó una grave contaminación ambiental, sino también dejó secuelas irreversibles en la salud de cientos de personas. A este suceso le siguió una historia de lucha, de búsqueda de justicia, y de resistencia comunitaria frente a la impunidad y el olvido.
Al conmemorar este cuarto de siglo desde aquel desastre, es también un momento para honrar la memoria de las personas que fueron afectadas, algunas de las cuales ya no están con nosotros/as. Es también un momento para visibilizar las demandas que siguen vigentes y fortalecer el compromiso con los derechos de las comunidades afectadas por las actividades extractivas. En línea con estos esfuerzos, desde Grufides, hemos preparado un número especial de la revista Trece Voces en el que damos cuenta de lo sucedido hace 25 años y recordamos que Choropampa sigue clamando por justicia.
Esta revista puede ser descrita como una suerte de ejercicio de justicia comunicacional en lo que ha sido un mar de injusticia. La ciudadanía choropampina no solo fue maltratada por la empresa minera, el sistema de salud y el mismo Estado que no veló por sus derechos más esenciales. Como recordarán quienes vivieron aquellos momentos, los medios de comunicación nacionales ofrecieron poca cobertura al suceso y, cuando lo hicieron, lo minimizaron y, sobre todo, difundieron principalmente la versión de la empresa minera. De este modo, la empresa minera pudo dar una imagen a su medida de los hechos acaecidos. En este sentido, contaron diversas versiones sobre lo sucedido como, por ejemplo, que los síntomas del envenenamiento por mercurio eran en realidad debidos a una intoxicación viral por la rubeola o a una intoxicación alimentaria; que las pobladoras y los pobladores de Choropampa habían hervido el mercurio para extraer oro de él; y que incluso habían roto termómetros con la intención de extraer de ellos el mercurio y venderlo a la minera. Estas son solo algunas de las versiones difundidas que trataban, en algunos casos, incluso de responsabilizar, cuando no culpabilizar, a la misma población afectada. Pocos medios nacionales visibilizaron los rostros y las voces de quienes estaban padeciendo en carne propia los efectos de la intoxicación. Por tanto, limitaron sus posibilidades de contar los hechos tal cual los estaban experimentando, pese a que eran los y las protagonistas de la noticia.
Sin duda, se trató de un ejercicio de violencia simbólica, un concepto desarrollado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu (2000, p.12) que se refiere de esta manera a la “violencia amortiguada, insensible e invisible, para sus propias víctimas, que se ejerce esencialmente a través de los caminos puramente simbólicos de la comunicación y del conocimiento o, más exactamente, del desconocimiento, del reconocimiento o, en último término, del sentimiento”. El discurso de estos medios de comunicación fue, de igual manera, esencial para construir lo que la autora de la serie de podcast La Trama, Sandra Rodríguez, denominó como la construcción de un escenario de ignorancia deliberada. Como Rodríguez explica, la ignorancia deliberada se construye a través de estrategias que permiten “encubrir, modelar verdades a medias, construir conocimientos deficientes pero revestidos de autoridad ‘técnica’, explotar la confusión y la ambigüedad”, todo ello con el objetivo de “minimizar la percepción del riesgo” real al que estaba expuesta la población de Choropampa.
Sin embargo, como suele ocurrir en los escenarios de crisis, en los que se suele ver lo mejor y lo peor, hubo quienes quisieron retratar a Choropampa desde otra perspectiva. En este sentido, el documental Choropampa: El precio del oro se ha convertido en un ejemplo de periodismo alternativo e independiente. En la revista, se encuentran dos entrevistas con sus directores, Stephanie Boyd y Ernesto Cabellos. Como ellos narran, trataron de documentar el sufrimiento y la lucha por justicia de la población choropampina de manera honesta, generando lazos sólidos de confianza e, incluso, de amistad con las pobladoras y los pobladores, procurando no caer en prácticas comunicacionales extractivistas, esas que solo utilizan a las personas para sacarles información y, después, se olvidan de ellas. Los documentalistas no solo trataron de contar la versión de las afectadas y los afectados, sino que también intentaron apoyar a la comunidad en, por ejemplo, sus negociaciones con el personal de la mina registrando semana tras semana las conversaciones mantenidas y analizándolas posteriormente junto con la comunidad. Intentaron retribuir, desde sus conocimientos, la bondad y la generosidad que para con ellos estaba teniendo la comunidad choropampina al abrirles las puertas de su casa y contarles sus vidas, lo que no es poca cosa.
Lamentablemente, en la actualidad, sabemos que las choropampinas y los choropampinos no han visto cumplidas sus justas demandas. No han logrado obtener la atención en salud que merecen para sus dolencias ni se ha restablecido su derecho a la salud ni tampoco se les han dado indemnizaciones justas por todo el mal y el agravio que han tenido que soportar. Sin embargo, su valiente lucha, visibilizada en el documental mencionado, ha permitido que otras comunidades conozcan los daños que puede generar una minera que dice que cumple con todos los estándares de seguridad y que, sin embargo, provoca graves daños ambientales y sociales. Choropampa ha sido ejemplo para Tambogrande, sirviendo el film aludido para impulsar la consulta vecinal contra otra mina. Dicha consulta vecinal es aún hoy un referente para otras comunidades y un hito histórico para el mismo Perú. El documental también fue usado como herramienta pedagógica en Esquel, Argentina, con la intención de mostrar a las comunidades los graves daños de las industrias extractivas. La lucha del pueblo choropampino ha traspasado fronteras y ha servido de ejemplo para otras comunidades que se, aún hoy, mantienen firmes contra la minería.
Bibliografía
Bourdieu, P. (2000). La dominación masculina. Anagrama.
Rodríguez, S. (2023). Choropampa: sobre cómo una minera y el Estado minimizaron el mayor desastre con mercurio. Salud con lupa. https://saludconlupa.com/noticias/choropampa-las-tcticas-que-eludieron-las-pruebas-y-minimizaron-un-desastre-ambiental/
El índice de contenidos del ejemplar de Trece Voces es:
- Editorial
- Choropampa, herida que no cierra por Nilton Deza
- Choropampa: lo que no debería ocurrir nunca más por Marco Arana Zegarra. Adaptación de Karla Cabrera
- Entrevista a Stephanie Boyd: Las empresas mineras “saben que hay personas mirándoles, que no pueden hacer lo que quieran. Eso es importante: ser testigos” por Laura Ibáñez
- Entrevista a Ernesto Cabellos: “Puedes constatar a través de los medios alternativos digitales de que el descontento es muy grande y que esta forma de extraer y agredir a la Madre Tierra no puede seguir” por Laura Ibáñez
- Choropampa: la estrategia del olvido por Sandra Rodriguez. Adaptación de Karla Cabrera
- Choropampa. La tragedia del derrame de mercurio por Víctor Bardales León
- Entrevista a Luis Chuzo: “Choropampa no quiere plata. Quiere justicia” por Laura Ibáñez
- Pueblo fantasma, Choropampa por Maxime Degroote
- Testimonios de la atención sanitaria a pocos días del derrame de mercurio
- Choropampa: una cadena de derechos vulnerados por Laura Ibáñez y Paul Vilchez