• Directora para las Américas de Amnistía Internacional llegó hasta Tragadero Grande para mostrar su solidaridad y respaldo a Máxima Acuña.
• Ministra de Justicia de Perú se comprometió a defender los DDHH de Máxima y su familia.
• Más de 150 mil activistas de todo el mundo se sumaron a la campaña ‘Escribe por los Derechos’ pidiendo protección para Máxima Acuña y su familia.
La directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas, llegó hasta la zona de Tragadero Grande en Cajamarca para llevar más de 150 mil mensajes de solidaridad recolectados por la organización como parte de la campaña global ‘Escribe por los Derechos’. Activistas de Canadá, Reino Unido, Noruega, Francia, Taiwán, Chile, Nueva Zelanda, Italia y Perú, entre otros, escribieron al gobierno de Perú para que proteja a Máxima Acuña y su familia frente a cualquier tipo de ataque, acto de acoso e intimidación.
La ministra de Justicia y Derechos Humanos, Marisol Pérez Tello, también llegó hasta la casa de los Chaupe – Acuña en Tragadero Grande para supervisar el cumplimiento de las medidas cautelares que otorgó la CIDH a Máxima Acuña. Ella recibió a nombre del gobierno las 150mil firmas y mensajes que Amnistía Internacional recogió en solidaridad para decirle al gobierno Peruano que ‘Máxima no está sola’.
“El caso de Máxima Acuña es un ejemplo del acoso sistemático contra las defensoras de derechos humanos en el marco de proyectos de desarrollo en las Américas” dijo Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional. “Es necesario que el gobierno peruano responda a las miles de voluntades que se unieron en favor de Máxima Acuña y la proteja de cualquier tipo de acoso, amenaza, agresión o intento de desalojo forzoso.”
Entre los años 2011 y 2014 Máxima Acuña denunció diversos actos de acoso, agresiones e intentos de desalojo por parte de efectivos de la Policía Nacional de Perú. Durante el 2016 Amnistía Internacional llamó la atención al Estado cuando efectivos de seguridad de la empresa minera Yanacocha destruyeron cultivos que mantenía la familia Chaupe - Acuña para su propio consumo alegando el derecho de defensa posesoria sobre las tierras.
“Quiero agradecer de todo corazón por la cantidad de cartas que me han enviado. Me dan coraje y ánimo, para seguir en pie de lucha” dijo Máxima Acuña. “Pido que me ayuden a buscar justicia para que pueda vivir en paz y tranquilidad”.
En las Américas las mujeres defensoras de derechos humanos están expuestas a la violencia de empresas, gobiernos e instituciones. Los patrones de violencia de género física y simbólica se reproducen en estos contextos. Se realizan campañas de desprestigio que incluyen difamación y rumores sobre su sexualidad y condición de mujer que refuerzan estereotipos de género. Estas campañas dañan su liderazgo en organizaciones y movimientos.
Fuente: Amnistía Internacional
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