Lunes 03 de abril de 2023
Redactado por: GRUFIDES
Verónica Solano es socia y administradora actual de la marca colectiva Nuwa Jaén. Con 23 años, se ha convertido en pieza clave de esta iniciativa de economía social y solidaria impulsada por mujeres focalizada en la producción, transformación y comercialización de chocolate, café, miel de abeja y sus derivados, así como de artesanías confeccionadas por sus promotoras. Solano se dedica, principalmente, al área de ventas y a posicionar la marca en redes sociales. Contagiada por el entusiasmo de su madre, una de las socias fundadoras de Nuwa, acabó siendo cautivada por este proyecto que el año pasado recibió dos reconocimientos, como mejor emprendimiento de mujeres del departamento de Cajamarca y como segundo mejor chocolate en la Feria Agropecuaria 2022 de Jaén. La iniciativa ha contado con el apoyo de la entidad española Enginyeria Sense Fronteres (Ingeniería Sin Fronteras) y la ONG peruana Grufides. Dicho apoyo ha cristalizado en una planta de producción equipada para llevar a cabo los procesos de producción del chocolate de manera autónoma, así como en capacitaciones para la formación de las asociadas en ámbitos tales como el marketing. Todo este esfuerzo ha sido realizado para sostener e impulsar un emprendimiento que contribuye a la independencia económica de sus promotoras y, con ello, a su empoderamiento.
Grufides: ¿Cómo nace Nuwa Jaén?
Verónica Solano: Nuestros inicios fueron hace casi cuatro años. Empezamos con unas 25 socias que formaban parte de la marca propiamente dicha. A su vez, Nuwa está dentro de una asociación [Coordinadora de Productores, Transformadores, Comercializadores Agropecuarios Ecológicos-CPAM]. Desde el principio se quiso juntar a todas las transformadoras de cacao para unificarlas en una sola marca. En aquella época, solamente se elaboraba chocolate de taza. Con la marca colectiva hemos podido sacar más derivados, más productos. Empezamos en un local que se acondicionó para hacer los chocolates, ya que no contábamos aún con una planta de producción. Con lo poco que se ha tenido, hemos ido creciendo. Actualmente, ya contamos con una pequeña planta de producción y con una tienda donde mostramos nuestros productos.
G.: ¿Cómo se ha materializado el apoyo dado por Enginyeria Sense Fronteres (Ingeniería Sin Fronteras) de la mano de Grufides?
V. S.: Hemos mantenido esta relación porque siempre ha habido apoyo por parte de Grufides. Gracias a ello, hemos obtenido las máquinas y todo lo que se ha necesitado para acondicionar la planta. Así, ahora contamos con una planta equipada. Aunque nos falta alguna máquina, con todo lo que tenemos podemos seguir trabajando. Incluso se sacaron nuevos productos como nuevas variedades de chocolates. Todo con el apoyo de Grufides.
G.: ¿En este momento, con cuántas socias cuenta Nuwa?
V. S.: Actualmente, somos unas 18 mujeres. El proyecto está abierto todavía a la participación de más socias. En todo caso, seguimos igual: con el mismo trabajo y, sobre todo, con el mismo propósito de generar empoderamiento femenino. El hecho de que ellas vengan a producir chocolate ya las empodera. Nos adecuamos a su tiempo porque comprendemos que en su mayoría son mamás y tienen quehaceres de la casa. No tenemos un horario predefinido. Establecemos un calendario de qué días pueden unas y otras.
G.: ¿Qué ventajas tiene ser socia de esta marca colectiva?
V. S.: Formar parte de Nuwa tiene dos beneficios en cuanto a los ingresos. El primero es estar en la producción donde se paga a las socias a destajo. En cuanto a las ventas, pueden sacar los productos a un precio menor y convertirse en distribuidoras. Somos como la primera línea de venta. Damos a un precio al por mayor o vendemos al precio al cliente final. Aparte, contamos con otros de beneficios, ya que ser una marca nos permite participar en diferentes ferias y tener acceso a capacitaciones. Asimismo, estamos en charlas promovidas por las instituciones. Como marca, se nos permite estar en estos espacios.
G.: Además de ser madres, ¿qué otros rasgos caracterizan a las socias de Nuwa?
V. S.: En su mayoría, las socias ya vienen años realizando chocolate. Esta experiencia previa ayuda bastante a obtener un producto de calidad. El otro punto es que son bastante perseverantes y carismáticas. Además, se sienten identificadas con la marca. Manejamos una identidad de empoderamiento.
G.: En concreto, ¿cuál es la identidad asociada a la marca?
V. S.: Mujeres chocolateras de los bravos Pakamuros.
G.: Ante la independencia económica y el empoderamiento logrado por las socias, ¿cómo reaccionan los hombres presentes en sus vidas?
V. S.: En ocasiones, algunas socias comentan: “Tengo que estar hasta tal hora porque ya tengo que ir a mi casa. Mi esposo me llama…”. Sí nos ha pasado este tipo de situaciones, pero nosotras siempre tratamos de empoderarlas en las reuniones y adecuarnos a sus tiempos. Entendemos que tienen un hogar, una familia y, a veces, no pueden estar con toda la disponibilidad del día. Este trabajo es por ellas y para ellas, para empoderarlas. Me gusta verlas contentas, felices en el momento que ya les toca el pago. Incluso hasta me comentan que esto les ayuda para sus gastos personales o de la familia.
G. ¿El trabajo en Nuwa consigue cambiar las relaciones de género?
V. S.: Claro que sí. Por ejemplo, si tenemos un compartir, tratamos de integrar a los esposos para que vean el trabajo, comprendan y se pongan en la situación de su esposa.
G.: ¿Cuántas personas se benefician indirectamente del trabajo realizado por las socias de Nuwa?
V. S.: El apoyo que se le da a la chocolatera influye en el ingreso familiar. Por tanto, incluyendo a las familias, prácticamente unas 90 personas. La mayoría de señoras tienen un hogar. Por tanto, sus hijos e hijas se benefician del ingreso que recibe la mamá.
G.: ¿El hecho de que la transformación del chocolate sea una actividad fuertemente feminizada implica que esté desvalorizada?
V. S.: Todavía se produce que, por ser mujeres, no siempre tenemos las mismas consideraciones que los hombres. Justamente es mejor tener la marca colectiva como grupo con el que identificarse que estar una sola trabajando de manera independiente. De esta manera, tenemos mayor visibilidad.
G.: ¿Cuál es el catálogo de productos actual de Nuwa?
V. S.: Empezamos con dos productos: el chocolate de taza y el chocolate bitter al 60% de cacao. Actualmente, tenemos el chocolate de taza con dos presentaciones y con dos variedades de cacao. Tenemos en 90 gr y en 50 gr. Aparte, tenemos dos variedades de cacao. Es decir, manejamos cuatro empaques de chocolate de taza. En chocolate bitter, sacamos de 50 gr y de 90 gr, así como con diferentes frutas. Ahora tenemos con arándanos, aguaymanto, almendras, mixto, etc. Igualmente, lanzamos una presentación nueva en chocolate al 70% de cacao con panela. Tenemos otros productos como, por ejemplo, coctel de café y de cacao, además de café tostado y molido, miel de abeja y artesanía.
G.: ¿Dónde se pueden encontrar los productos de Nuwa?
V. S.: Actualmente, estamos distribuyendo chocolate a Trujillo, Lima, Chiclayo y Cajamarca. Sin embargo, queremos que la distribución no sea solamente a nivel nacional. Si existe la oportunidad de poder internacionalizarnos nosotras también estamos tratando de llegar a eso. Estamos viendo de qué manera podemos buscar esas alianzas estratégicas que nos ayuden a lograr este objetivo como marca.
G.: ¿Qué experiencia se ofrece al/a cliente en la nueva tienda de Nuwa?
V. S.: Tratamos de contarte, ofrecerle y venderle la historia que está detrás de cada tableta de chocolate. Hacemos degustaciones para que vea toda la variedad de productos de los que disponemos. Podemos así ofrecerle un pack completo de productos. La tienda también dispone de artesanía local que tiene que ver con el cacao y su identidad. Igualmente, los colores que usamos en la tienda son parte de la marca con el objetivo de ofrecer nuestra identidad.
G.: Además, están tratando de diversificar el proyecto con otras actividades como una ruta de cacao y un taller de realización de chocolate.
V. S.: Se trata de una iniciativa para dar a conocer la marca. Pero no solo eso, sino también para concientizar e incentivar el consumo del cacao. Para ello, qué mejor manera que hacer una ruta donde se vea todo el proceso que sigue este producto. Empezamos en la Huaca de Montegrande donde, según un último descubrimiento, parece ser que se inició la domesticación del cacao. Explicamos sobre nuestros ancestros, sobre cómo trabajaban el cacao. Luego, vamos a las plantaciones y a las fincas donde el productor se encarga de explicar cómo es toda la cosecha del cacao y qué procesos tienen que pasar para obtener un grano de alta calidad. Posteriormente, venimos a la planta de producción de chocolate. Explicándoles toda esa cadena de valor del cacao, las personas se concientizan de que sí se lleva a cabo un proceso riguroso para obtener una tableta de chocolate. Localmente, en Jaén, es muy poco el consumo del chocolate bitter. La gente a veces prioriza el precio en vez de la calidad. Haciendo esta ruta, incentivamos el consumo y damos a conocer la marca.
Por otro lado, con los talleres, buscamos que más personas se sumen a esta actividad. Si más personas trabajan y se dedican al rubro del chocolate, el gobierno se va a enfocar también en nosotras como chocolateras. Como otra finalidad, está generar un ingreso adicional a las ventas. Con los talleres, obtenemos otra fuente económica que sigue beneficiando a las socias que dictan el curso. Se ha vivido una experiencia hermosa, ya que en los talleres a veces se inscriben pasteleros e, incluso, los mismos productores de las fincas que quieren conocer la transformación del cacao.
G.: ¿Se van a convertir en actividades regulares?
V. S.: Exacto. Se ha quedado en trabajarlas de manera mensual. Un taller de chocolate y una ruta del cacao al mes para no perder y ser constantes. La constancia es lo que nos va a permitir que crezcamos y logremos el éxito que queremos. Para este mes de febrero tenemos programados nuevamente una ruta del cacao y un taller de chocolate.
G.: ¿Cuáles son los próximos pasos que va a dar la marca Nuwa?
V. S.: Ahorita, nuestro objetivo principal es posicionar la marca a nivel local y aperturar nuevas ciudades. De por sí ya estamos enviando chocolates a Lima, pero es poco para el objetivo que queremos alcanzar. Buscamos conseguir nuevos distribuidores y nuevos clientes. Es la meta para estos próximos tres meses: aumentar las ventas y el reconocimiento de la marca.
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