Por Romina Mella y Gustavo Gorriti (*).-
Publicación conjunta con la revista Caretas.
Hasta hace poco, los ladrones multimillonarios llevaban gran ventaja a los investigadores anti-corrupción. No solo por su capacidad de “romper manos” con el poderoso jiu-jitsu de la codicia sino, sobre todo, por la tecnología. Capas tras capas de compañías offshore en el mundo entero podían ocultar eficazmente al dueño real de los botines, permitiéndole a la vez un fácil acceso a ellos.
Los corruptos eran cosmopolitas funcionales, mientras los investigadores chequeaban sus visas. Eso ya cambió.
Nada ilustra mejor que el caso Lava Jato y los Panama Papers la transformación veloz en la ecología de la lucha anti-corrupción en el mundo y especialmente en Latinoamérica.
En esa nueva ecología, esta investigación buscó responder algunas preguntas difíciles:
Esta investigación se hizo en estrecha colaboración con La Prensa de Panamá.
El eslabón panameño
Debemos, primero, retroceder un poco.
Cuando, hace aproximadamente un año, la investigación Lava Jato agarró cuerpo en Brasil y varios ex altos funcionarios corruptos de Petrobras aceptaron la delación premiada para confesar cómo las empresas constructoras les habían pagado sobornos, cuánto y desde qué cuentas; una compañía panameña provocó el intenso interés de los policías federales y los fiscales anti-corrupción brasileños.
Se trató de la Constructora Internacional del Sur.
Desde esa compañía se pagó en 2009 cerca de tres millones de dólares a tres cuentas offshore de tres funcionarios corruptos de Petrobras (Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque).
Varios ejecutivos de Odebrecht –incluyendo al entonces presidente de la Corporación, Marcelo Odebrecht– fueron interrogados sobre su relación con la Constructora Internacional del Sur. Su respuesta fue unánime: Ninguna, absolutamente ninguna.
Había otra offshore, llamada Klienfeld Services, basada en Antigua, desde la que se había pagado casi los mismos montos a las mismas tres personas en el mismo período. Los investigadores también preguntaron a Odebrecht por su relación con esa offshore. La respuesta: ninguna. Además, afirmaron enfáticamente que Odebrecht no tenía offshores.
Pero, gracias sobre todo a la cooperación de las autoridades suizas, los fiscales federales en Curitiba ya conocían que Klienfeld era una offshore de Odebrecht y que la Constructora Internacional del Sur había recibido entre el 2009 y el 2010, más de 47 millones de dólares de dos offshores: Smith & Nash Engineering y Golac Project and Construction, que pertenecían a Odebrecht.
La historia completa de esa parte de la investigación puede leerse en: “Cómo Odebrecht lavó sobornos”
Pero faltaba información sobre la Constructora Internacional del Sur. El Ministerio Público de Brasil pidió ayuda al de Panamá para conocer el movimiento bancario de la compañía.
La Procuradora panameña (equivalente al Fiscal de la Nación, solo que con una fuerza policial bajo su mando) Kenia Porcell no cooperó.
La Prensa de Panamá e IDL-Reporteros se esforzaron por desentrañar la información que la Procuradora no quiso transmitir.
Primero, se averiguó que la Constructora había sido controlada durante sus primeros tres años (de 2006 a 2009) por el corredor de autos Ernesto Chong Coronado y el muy notorio colombiano David Murcia, un “capo de las pirámides financieras” en Colombia que eventualmente se refugió en Panamá.
Segundo, en 2009 Constructora Internacional del Sur tuvo un cambio fundamental cuando pasó al control formal [como ‘Agente Residente’] de Francisco (‘Frankie’) Martinelli, primo del entonces nuevo presidente panameño Ricardo Martinelli. Poco después, la empresa recibió los más de 47 millones de dólares y pagó gran parte de los sobornos a tres de los gerentes corruptos de Petrobras.
Este año, finalmente, se pudo conocer otros movimientos bancarios de Constructora Internacional del Sur. Y también de Klienfeld.
Y varios de esos movimientos bancarios tenían como destino al Perú.
Ahí empezó a levantarse el telón y a vislumbrarse mejor el escenario escondido de la corrupción corporativa en nuestro país.
The Firm
El 16 de abril de 2007, Constructora Internacional del Sur, realizó una transferencia de dinero a una desconocida compañía peruana: Constructora Área SAC. ¿El monto? 150 mil dólares.
Constructora Internacional del Sur había sido creada meses antes y estaba todavía controlada por Chong Coronado y por el capo colombiano de las pirámides financieras, David Murcia, que un año después sería capturado en Panamá, extraditado a Colombia –donde se le condenó a 30 años de cárcel por lavado de activos y se lo re-extraditó a Estados Unidos donde fue también juzgado y condenado a nueve años por lo mismo–.
Una compañía oscura transfería dinero a otra gris. ¿Vibraron, silenciosas, las alarmas?
Quizá las sorpresas. Porque dos meses antes, el 7 de febrero de 2007, la misteriosa Constructora Área SAC había recibido otra transferencia, por 759 mil dólares de, nada menos que el consorcio IIRSA Norte (formado por las empresas Graña y Montero, Andrade Gutierrez y Odebrecht).
Ese fue el comienzo de un animado 2007, bajo el entonces relativamente nuevo régimen de Alan García, para algunas empresas de nombre o actividades digamos que inusuales.
Por esos meses, otra notoria offshore del lado oscuro de Odebrecht, Klienfeld Services, realizó una transferencia por más de 110 mil dólares a Constructora Área.
Mes a mes confluyeron las transferencias a Constructora Área y Construmaq SAC de las offshore a punto de ingresar al atestado policial; y del Consorcio IIRSA Norte.
Al final, IIRSA Norte transfirió casi 11 millones de dólares en 2007 a Constructora Área y otra compañía similar: Construmaq SAC. Odebrecht, cerca de 430 mil dólares a la primera. Constructora Internacional del Sur, cerca de 270 mil; y Klienfeld Services, más de 110 mil dólares. Eso da un total aproximado de 11 millones 740 mil dólares.
¿Quiénes estaban detrás de Constructora Área y Construmaq y qué hicieron con el dinero?
Ahora lo veremos.
Laundromat
Detrás de esas y varias otras compañías, hay dos protagonistas principales y varios secundarios.
Los principales son Gonzalo Monteverde Bussalleu y María Isabel Carmona.
Aparte del presente, ¿tenían un futuro en común con David Murcia?
Monteverde y Carmona iban a ser investigados por lavado de activos (Denuncia 140-2010 en la 17 Fiscalía Penal Provincial de Lima) y por defraudación tributaria (Denuncia 99-2013 y otra más para Monteverde; y denuncia 89-2008 para Carmona).
Por lo pronto, cada uno de ellos controlaba una red de empresas de todo tipo: de gaveta, offshores, de funcionamiento mínimo, de nombre sugerente (Dominatrix), funcionales (‘Casa de Cambios La Moneda SAC’), hasta cementerios (por lo menos tres). Buena parte de esas empresas se puso en juego para pasar el dinero transferido por Odebrecht de una a otra, fraccionado, reunido, vuelto a dividir, convertido en cash, exportado nuevamente. El tipo de actividad, en fin, que despertó tanto el interés de las fiscalías de lavado de activos.
Por ejemplo, en mayo y junio de 2007, IIRSA Norte depositó un millón y medio de dólares en la cuenta de Construmaq SAC; y Constructora del Sur depositó en la cuenta de la misma compañía más de 115 mil dólares.
Del millón 700 mil dólares depositados, Gonzalo Monteverde cobró 300 mil dólares; María Isabel Carmona, cerca de 100 mil; y una persona vinculada con ellos, Jorge Salinas Coaguila, algo más de un millón de dólares. Luego, Carmona y Salinas depositaron cerca de 840 mil dólares en la compañía Dominatrix; y Salinas depositó algo más de 200 mil dólares en la Casa de Cambios La Moneda.
Dominatrix, a su turno, se ajustó el cuero y realizó un giro por cerca de 850 mil dólares a una cuenta del Trend Bank Ltd de Brasil en el First Caribbean International Bank, de Barbados, que tiene como beneficiaria final a la offshore panameña Balmer Holding Assets Ltd, cuyo agente residente es nada menos que Mossack Fonseca.
Durante el 2007, Balmer Holding Assets recibió alrededor de 7 millones de dólares de los 11 millones 740 mil que Odebrecht transfirió a la red de empresas e individuos controlados, a todas luces, por Monteverde y Carmona.
Ese año, Odebrecht utilizó, como es evidente, los servicios de por lo menos un lavador experto de activos, en un circuito que tuvo al más que notorio David Murcia y su Constructora Internacional del Sur por un lado; y de Constructora Área, Construmaq, Dominatrix y otras, de María Isabel Carmona y Gonzalo Monteverde, del otro.
En el caso de Balmer Holding Assets, ¿fue Perú solo una etapa de tránsito del dinero para sobornos en otros países? No lo parece, puesto que el consorcio IIRSA Norte aportó las sumas más grandes, lo cual –no siendo como en otros casos, una offshore– indica una relación directa de las actividades del consorcio con los pagos.
Si bien el controvertido contrato con el Consorcio IIRSA Norte se firmó durante el gobierno de Toledo, la construcción vial se hizo en el gobierno de García. En ese proceso, su costo inicial, contratado por 258 millones de dólares se incrementó, con reformas y añadidos, a 510 millones de dólares de monto pagado. El 98% más de lo contratado.
Las transferencias al lado oscuro del flujo monetario se dieron durante el proceso de construcción de IIRSA Norte.
Así, la identidad del beneficiario final, de la persona que controla Balmer Holding Assets, tiene todo el interés del mundo para el Perú.
Sin embargo, ese beneficiario resultó lo suficientemente astuto como para proteger su identidad con acciones al portador.
Balmer Holding Assets fue inscrita por Mossack Fonseca en Panamá el 3 de enero de 2007, muy poco antes de que IIRSA Norte, Constructora del Sur, Klienfeld y hasta el propio Odebrecht empezaran a transferir, a través de la red de lavado, los 7 millones de dólares que depositaron ese año.
Mossack Fonseca tomó todas las precauciones para proteger la identidad de su beneficiario. El intermediario entre Mossack Fonseca y el “cliente” fue ‘Belhot- Gonzalez Lerena, Asesores Legales y Financieros’.
El 18 de mayo de 2009, Mary Novoa, de BGL Asesores, indicó a Mossack Fonseca que su cliente, “solicita que por favor destruyan la correspondencia que se recibe”. Diva de Donado, funcionaria de Mossack Fonseca de Panamá, respondió que “de acuerdo a sus instrucciones, la correspondencia recibida será destruida”.
Hasta mediados de 2010, sin embargo, Balmer Holding Assets seguía siendo una sociedad activa en el portafolio de Mossack Fonseca, con el muy escondido cliente, al que el consorcio IIRSA Norte y Odebrecht entregaron 7 millones de dólares en 2007.
Respuestas
Como ha hecho invariablemente en los últimos meses, Odebrecht respondió que no iba a declarar respecto de asuntos que se procesan judicialmente en Brasil.
En la misma situación judicial se encuentra Andrade Gutierrez.
La posición del tercer miembro del consorcio IIRSA Norte, Graña y Montero, es diferente. Los presidentes de los socios mayoritarios están en la cárcel en Brasil, y el de Graña & Montero está libre en Lima.
Graña & Montero respondió detalladamente las preguntas y repreguntas de IDL-R. Aquí su resumen fidedigno:
“La participación de G&M tanto en el Consorcio Constructor IIRSA Norte como en la Concesionaria IIRSA Norte SA siempre fue minoritaria […] Los pagos a proveedores no requerían de la autorización de Graña y Montero,[…] Por ello, los pagos mencionados en su investigación no fueron informados a G&M.[…] Las empresas Construmaq SAC y Constructora Area SAC no figuran en el registro de proveedores de Graña & Montero y la empresa no ha tenido nunca un trato directo con ellas.[…] Graña y Montero no tenía control del manejo financiero ni en el consorcio constructor, ni en la concesionaria. En ambos casos era liderado por las gerencias general y de administración y finanzas, cargos que nunca fueron ocupados por ejecutivos de G&M”.
“Lo que se reportaba en los directorios eran los estados financieros, información general sobre los ingresos y egresos de la empresa, como es usual en cualquier negocio. Los estados financieros eran auditados por Price Waterhouse”.
Y Price Waterhouse, por supuesto, no se dio cuenta de los 11 millones de dólares que se esfumaron en un año en el laberinto de offshores y lavadoras.
IDL-R se esforzó repetidamente para entrevistar a Monteverde, Carmona, Salinas Coaguila y otros. La mayor parte no fue ubicada y ninguno quiso responder.
Los principales personajes de la red de empresas, Monteverde y Carmona, salieron juntos del Perú hacia Colombia el 18 de abril y, de acuerdo con lo que se supo al cierre de esta edición, todavía no han retornado al Perú.
Y esta investigación, por supuesto, continuará.
Pagos personalesLa offshore Constructora Internacional del Sur abrió dos cuentas en el Multibank, de Panamá. La cuenta principal, que fue abierta en 2007, recibió más de 9 millones de dólares. El 58% de ese dinero provino de transferencias internacionales de la offshore Smith & Nash Engineering Company INC, que fue utilizada por Odebrecht como parte del esquema financiero que montó para el pago de sobornos. En el periodo en que esta cuenta estuvo vigente, que fue hasta el 2009, Constructora Internacional del Sur realizóun total de 100 transferencias a sociedades, bancos y personas naturales. Entre las personas que recibieron dinero de la offshore figuran dos funcionarios de Odebrecht. Se trata del brasileño Paulo Andre Garcia Larangeira, que trabaja en el Perú desde marzo 2007; y del panameño Arturo Graell, director de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad de Odebrecht en Panamá. Cada uno recibió, a través de cheques de gerencia, 50 mil dólares el 24 de marzo de 2007. Garcia Larangeira ha trabajado para los proyectos Trasvase Olmos y Vías Nuevas de Cusco, además del Muelle Sur y Conga, que son privados. Actualmente figura como apoderado del Consorcio Vial El Arenal – Punta de Bombón, a cargo de la construcción de la carretera que lleva el mismo nombre, adjudicada durante este gobierno por S/. 489,402,523. Arturo Graell, a su turno, es funcionario de Odebrecht en Panamá desde 2006. Ha trabajado directamente en los proyectos Autopista Madden Colón y la Cinta Costera 2 y 3. Consultada por IDL-Reporteros, las sedes de Odebrecht en Perú y Panamá hicieron saber que no darían declaraciones “sobre los asuntos que están siendo investigados en Brasil”. |
De compras en Mossack FonsecaEn 2007, precisamente el año en que las empresas que María Isabel Carmona y Gonzalo Monteverde representaban en Perú sirvieron activamente de vehículo para que Odebrecht (sola o en consorcio) y sus offshores hicieran transferencias financieras; esta pareja adquirió poderes sobre cuatro sociedades de gaveta constituidas por la firma de los ‘Panama Papers’: Mossack Fonseca. Se trata de las compañías Selgas International Limited, Rodton Management SA, Headway Investments Properties Group Corp, y Dewburn Holdings Asset Ltd. Según los registros de Mossack Fonseca, obtenidos como parte de la investigación global del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ en inglés), las cuatro sociedades están registradas en Islas Vírgenes Británicas. En las offshores Selgas International Limited y Rodton Management SA figura como apoderado Gonzalo Monteverde; mientras que en Headway Investments Properties Group Corp y Dewburn Holdings Asset Ltd aparece María Isabel Carmona como apoderada. En los cargos de director, presidente y accionista se alternan Marcionila Cardoso Pardo, Sara Andrade Risso y María Arévalo Sánchez. Las cuatro sociedades registraron la misma dirección: Av. José Pardo # 931, Miraflores. Coincidentemente Constructora Área SAC funcionó en el mismo lugar entre 2003 y 2008, según la Sunat. |
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