Servindi, 20 de marzo, 2017
Por José Carlos Díaz Zanelli
En los últimos siete días el Perú ha afrontado uno de los episodios más complejos producto del cambio climático en su historia. La seguidilla de lluvias, huaycos e inundaciones que han afectado a las principales ciudades del país pusieron en evidencia la vulnerabilidad del país frente a los desastres climáticos.
Tras una semana de catástrofes naturales, el pleno del Consejo de Ministros encabezado por el premier Fernando Zavala, dio a conocer el primer reporte de daños a la nación. Esto en el marco de un informativo extraordinario transmitido desde el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN).
El saldo más lamentable, sin duda alguna, han sido las pérdidas humanas. Hasta el momento se registran 75 fallecidos y 20 desaparecidos producto de los deslizamientos de barro que han inundado y destruido ciudades.
A eso se le tiene que sumar la escalofriante cifra de 626 mil afectados por los huaycos, desde los cuales 99 mil fueron damnificados directamente. Es decir que cerca de 100 mil personas tuvieron que ser desplazadas de sus viviendas o quedaron aisladas.
El Gobierno Central estima que 10.538 casas se encuentran actualmente hundidas debajo de los grandes desplazamientos de lodo, mientras que 12.123 han sido declaradas inhabitables. Afectadas en menor medida se encuentran más de 134 mil viviendas.
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COEN Perú (@COENPeru) 20 de marzo de 2017
En total, son 11 las regiones del Perú afectadas por las lluvias, incluyendo la región de Lima cuyas consecuencias se hicieron sentir en la zona metropolitana. Esto ha obligado a que el Ministerio del Interior active la presencia de más de 100 mil policías a nivel nacional para atender las emergencias.
Por otro lado, la humedad, la presencia de animales muertos y el calor hacen que muchas de las ciudades inundadas se conviertan en un peligroso foco de epidemias. Por esta razón es que el Ministerio de Salud supervisará la presencia del mosquito portador del dengue en 216 mil viviendas, habiendo fumigado más de 300 mil hasta el último fin de semana.
Por último, otro de los grandes problemas de esta ola de desastres es la destrucción de infraestructura vial. Muchas zonas rurales se han visto totalmente aisladas con la caída de los puentes de conexión que el Ministerio de Transportes calcula serían unos 100 los desplomados.
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