Publicado por Global Voices
El pasado 18 de abril, la campesina peruana Máxima Acuña de Chaupe recibió elPremio Ambiental Goldman para Sur y Centroamérica, por defender su derecho a vivir en su propio terreno. La disputa se ha dado con las empresas mineras asociadas Newmont y Buenaventura a través de los proyectos mineros Yanacocha – Conga, cuyo objetivo es el expandir las operaciones de la mina de oro Conga hacia una laguna conocida como Laguna Azul y humedales de la zona en el distrito de Huasmín, provincia de Celendín, Cajamarca, al norte del Perú.
En los considerandos del premio otorgado por la Goldman Environmental Foundation, reseñan los hechos que la han hecho merecedora del premio. Según la fundación, Acuña es una heroína medioambiental que se ha enfrentado a luchas legales y ha resistido a amenazas y maltratos venidos de los intereses de las multinacionales.
En 1994, Máxima Acuña y su esposo compraron un terreno en un rincón apartado de las tierras altas en el norte del Perú conocido como Tragadero Grande. […] Un día en el 2011, la empresa minera llegó al hogar de los Acuña y exigió que dejaran su terreno. Cuando Acuña se negó, fue sometida a la brutalidad de la minera […] Acuña sigue enfrentándose a las amenazas y al hostigamiento por parte la minera y sus fuerzas de seguridad privada y militarizada.
En el portal de blogs La Mula recogieron las palabras de Máxima Acuña al recibir el premio. En ellas, se hace referencia a los manifestantes que han muerto en medio de las protestas en defensa del agua en Celendín:
Yo defiendo la tierra, defiendo el agua, porque eso es vida. Yo no tengo miedo al poder de las empresas. Seguiré luchando por los compañeros que murieron en Celendín y Bambamarca y por todos los que luchan en Cajamarca.
La escritora y activista Rocío Silva-Santisteban escribe en su blog Kolumna Okupa lo que significa que Máxima haya recibido el premio:
El caso de Máxima es un ejemplo de coraje, resistencia, resiliencia y optimismo frente a la aplanadora que puede ser una empresa con grandes capitales y poder como lo es minera Yanacocha. […] Al otro lado está Máxima, su familia nuclear (cuatro hijos y Jaime, el esposo) y su abogada, Mirtha Vásquez, directora de GRUFIDES, una pequeña ONG que ha sido espiada, estigmatizada y vapuleada por SECURITAS (seguridad de Yanacocha-Conga).
Por su parte Sigifredo Orbegozo, Doctor en Derecho Constitucional, incide en los peligros que acechan a Máxima:
En esa lucha desigual con grandes empresas transnacionales coludidas con gobernantes y políticos venales, muchos campesinos han perdido la vida. Incluso sus dirigentes y luchadoras individuales, como la lideresa hondureña [Berta Cáceres], asesinada [seis] meses después de recibir el mismo premio. Cuidemos a Máxima, indefensa mujer, ante tanto poder que la acosa y que lo único que falta es que la vinculen a conexiones “terroristas”, para atentar contra ella. No estamos exagerando: lo hemos constatado en este proceso electoral nada menos.
Conflictos sobre posesión de tierras (los detractores de Máxima apuntan al hecho de ser dueña de nueve propiedades) y otras críticas han hecho que los detractores de Máxima Acuña la acusen de ser un falso símbolo de la defensa ambiental. Ya antes del post de advertencia de Orbegozo sobre posibles ataques a Máxima Chaupe, el portal El Montonero publicó el artículo Máxima [Acuña de] Chaupe y el relato antiminero que subtitula como “La verdadera historia detrás del Premio Ambiental Goldman 2016“.Argumentan que la narrativa que convierte a Máxima Acuña en el símbolo de la lucha contra la empresa minera Yanacocha y el proyecto minero Conga, ha sido impuesta por lo que llaman la “izquierda radical ambientalista”, y que no es verdadera:
En su defensa Máxima [Acuña de] Chaupe presenta como pruebas un certificado de posesión otorgado por la comunidad de Sorochuco y su supuesta residencia en ese lugar desde enero de 1994, asegurando además que es su única propiedad. Sin embargo, está probado que el único título de propiedad de esas tierras le perteneció a la comunidad de Sorochuco, que las vendió a Yanacocha —incluso Tragadero Grande— por acuerdo de sus miembros; entre ellos Samuel Chaupe, suegro de Máxima. Además, fotografías satelitales de 1994 demuestran que el lote que ocupan hoy los Chaupe estaba vacío entonces. Recién lo invadieron el 2011, cuando estalló el conflicto de Conga.
También critican la película La hija de la laguna, cuyo argumento se centra en la lucha de Acuña contra la compañía minera y que según ellos presenta a Chaupe como una campesina casi indigente, lo cual se permiten dudar. Las críticas y argumentaciones contra Máxima Chaupe continúan en otros dos artículos más: Máxima Chaupe y la mentira del radicalismo y ¿Grufides y Marco Arana detrás de Máxima Acuña de Chaupe?.
Es de resaltar que buena parte de los argumentos provienen de lo escrito por el periodista Ricardo Uceda en un artículo titulado El pantanoso caso Chaupe, el cual a su vez, se basa en lo revelado por el periodista cajamarquino Luis Mego, respecto a las otras nueve propiedades de Máxima Acuña de Chaupe.
La Asociación Civil Cooperacción asumió la tarea de brindar respuestas a los cuestionamientos y dudas planteados en el artículo de Ricardo Uceda. Los puntos son varios. Respecto al punto más polémico, el de las nueve propiedades que se dice, pertenecen a Máxima Acuña, la Asociación dice:
Los Chaupe han sostenido que efectivamente tienen [nueve] terrenos que en conjunto suman 8,6 hectáreas y que los han adquirido, en gran parte por herencia. [Ricardo] Uceda, para desmentirlos, señala que en realidad los han adquirido vía un programa de formalización de la propiedad rural sobre la base de acreditar con testigos la posesión continua durante cinco años. Lo cierto es que es muy usual en la zona rural, donde el Estado no tiene formalizada la propiedad de tierras, que quienes tienen títulos de propiedad no saneados recurran a los programas de formalización para regularizar su situación.
La web satírica El Panfleto, publicó un Editorial en el que aclaran que estos terrenos de tres hectáreas o menos suelen estar sin venderse por 5,000 soles (unos 1500 US$) hasta que finalmente se rematan a 2000 soles (unos 600 US$) por lo que no se trata de terrenos muy caros, y explican más a fondo cómo es el uso de las tierras en la zona andina peruana:
Al ser tierras pobres, sin carreteras o con baja producción agrícola, muchas veces solo de pastoreo, las familias siempre están atentas al aviso de un familiar en otra comunidad, quien les informa que un propietario está vendiendo un sector o la totalidad de su chacra, generalmente entre solo unos metros y raras veces una o cinco Ha.
Y sobre la lógica subyacente a las criticas por la cantidad de terrenos:
El ataque por sus posesiones es tan absurdo como que mañana te invadan tu casa, y al ir al Poder Judicial a defenderte, este te responda que no te puedes quejar de nada porque tienes dos casas más a tu nombre.
Esto no amortigua las amenazas, no obstante. De regreso en el Perú Máxima Acuñadenunció que horas antes su casa había sido objeto de disparos por parte de desconocidos. Quizás lo expresado en el siguiente tuit sea tan sólo un buen deseo que se ve enfrentado a la triste realidad del acoso por parte del poder de las grandes empresas contra gente humilde. Sin embargo, la idea evoca la necesidad de protección venida de la lucha por los derechos de los más vulnerables:
#MáximaAcuña la lider que enfrente a una poderosa minera ahora es intocable. #Premiogoldman goo.gl/eVPjzB
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